La Unión Europea (UE) debería garantizar que los Estados miembros respeten los derechos derivados de los Tratados para asentar el Estado de Derecho base de una sociedad moderna y eficaz. Y, por el momento, no lo está consiguiendo. La realidad de los últimos días nos muestra cómo los derechos que creíamos adquiridos y compartidos están haciendo temblar a una Unión Europea con pies de barro.
La decapitación de un profesor de historia en un municipio al norte de París por haber enseñado en una clase sobre la libertad de expresión las caricaturas de Mahoma pone en cuestión nuestra manera de entender el mundo y atenta contra derechos que creíamos que ya nos pertenecían.
Aquellos hechos del pasado viernes coincidían con el tercer aniversario del asesinato de la periodista de investigación maltesa Daphne Caruana Galizia.
Una profesional que tenía el sueño de vivir sin corrupción, de vivir en democracia y dejar un mundo mejor a sus hijos. Como periodista trabajó toda su vida a favor de la libertad de expresión, por la justicia de la sociedad civil, por la lucha de la verdad de los periodistas, contra la corrupción pero, finalmente, pagó con su vida.
Daphne descubrió la corrupción a los niveles más altos del gobierno de su país, y denunció que Malta era un Estado mafioso, con fuertes vinculaciones con los poderes políticos y los 'papeles de Panamá'. La periodista, autora del blog Running Commentary, ahondaba en una serie de supuestos casos de corrupción dentro del gobierno maltés. Sus investigaciones mostraban los lazos con el narcotráfico y el crimen organizado que se habían extendido por las islas del pequeño archipiélago mediterráneo. Estas investigaciones arrollaron incluso al entonces popular primer ministro, Joseph Muscat, y a diversos miembros del gobierno en una investigación que tres años después está aún por concluir. més
La decapitación de un profesor de historia en un municipio al norte de París por haber enseñado en una clase sobre la libertad de expresión las caricaturas de Mahoma pone en cuestión nuestra manera de entender el mundo y atenta contra derechos que creíamos que ya nos pertenecían.
Aquellos hechos del pasado viernes coincidían con el tercer aniversario del asesinato de la periodista de investigación maltesa Daphne Caruana Galizia.
Una profesional que tenía el sueño de vivir sin corrupción, de vivir en democracia y dejar un mundo mejor a sus hijos. Como periodista trabajó toda su vida a favor de la libertad de expresión, por la justicia de la sociedad civil, por la lucha de la verdad de los periodistas, contra la corrupción pero, finalmente, pagó con su vida.
Daphne descubrió la corrupción a los niveles más altos del gobierno de su país, y denunció que Malta era un Estado mafioso, con fuertes vinculaciones con los poderes políticos y los 'papeles de Panamá'. La periodista, autora del blog Running Commentary, ahondaba en una serie de supuestos casos de corrupción dentro del gobierno maltés. Sus investigaciones mostraban los lazos con el narcotráfico y el crimen organizado que se habían extendido por las islas del pequeño archipiélago mediterráneo. Estas investigaciones arrollaron incluso al entonces popular primer ministro, Joseph Muscat, y a diversos miembros del gobierno en una investigación que tres años después está aún por concluir. més